UNA BODA DE INVIERNO
Aunque no lo parezca, febrero es un mes perfecto para organizar una boda de invierno. Las posibilidades de lluvia son mínimas, y el sol predomina en esas tardes frías pero deliciosas. Toda celebración debe ser a mediodía, claro.
La ceremonia se celebró a las 13:00 en una ermita perdida en un bosque de ensueño. Luego se sirvió un almuerzo en la Finca El Cañal, una casa colonial cubana convertida en finca de celebraciones, y perfecta para bodas hasta 300 personas. El aperitivo y el almuerzo fueron impresionantes, a manos de Quilicua Catering, conocidos por su gusto en la decoración y una apuesta que mezcla originalidad y tradición.Antorchas, hogueras, y un hangar transformado para una boda diferente. La música, primero en directo (Beta Motion) y luego a cargo de Miki Strello DJ se organizó en una carpa habilitada y rodeada de antorchas. Fue un absoluto éxito. ¡Y divertidísima!





